Aclaraciones para una historia satírica mal contada

Es indudable e innegable que el 1 de enero de 1959 con la entrada del llamado Ejército Rebelde en La Habana encabezado por su máximo líder, marcó el inicio de una nueva y fatídica etapa en la historia de Cuba.

La efervescencia revolucionaria corría por todas las calles habaneras a la espera de la llegada de los “barbudos” comandados por Fidel Castro. El pueblo –que soñó con una sociedad más justa–, apostaba ciegamente a la naciente Revolución y a su máximo líder para que cumpliera con todos sus anhelos y esperanzas. 

Una inmensa histeria colectiva se apoderó de la Isla. Carteles en las puertas de las casas anunciaban: “¡Ésta es tu casa, Fidel!”, mientras fusilaban en los cuarteles militares a los más destacados “esbirros” de la dictadura de Bastista.

La prensa, ciega también, se hizo eco del júbilo y la euforia popular. Los caricaturistas comenzaron a resaltar la figura del líder en sus dibujos. El semanario humorístico Zig-Zag dedicó muchas portadas al líder y numerosos escritos. La mayoría de los periódicos y revistas apoyaron el novedoso proceso revolucionario nunca antes visto en Cuba. Aplaudieron sin percatarse de que el apoyo incondicional al naciente sistema socialista propiciaría las herramientas necesarias para la destrucción de la libertad de expresión y de la propia prensa.

Los precipitados y vertiginosos acontecimientos políticos se sucedían día tras día como una poderosa riada incontrolable. Las promesas de una vida digna de igualdad social llenaban de esperanzas a todo el pueblo. El júbilo fue compartido por la mayoría de los artistas e intelectuales del país. ¡Al fin había llegado el “Mesías” y la felicidad a la Isla!

La euforia popular facilitó a los "barbudos" que se instalaran en el poder sin ninguna oposición permitiendo:
- que nacionalizaran y confiscaran todas las empresas privadas, fábricas, edificios, casas, comercios, tiendas de ropas y de viveres, cafeterías, timbiriches, limpiabotas, sastres, plomeros, vendedores ambulantes, clubes, bancos… sin retribución alguna a sus propietarios y todo pasó a hacer administrados y controlados por la autocracia naciente... 
- que eliminaran todos los partidos políticos, asociaciones sociales e instituciones  privadas…
- que fundaran un nuevo Partido Comunista eliminado a todos los "camaradas de la vieja guardia comunista". Y establecieron que el Partido Comunista fuera el único partido gobernante... 
- que crearan asociaciones de mujeres, comités de defensa en cada calle, de jóvenes comunistas, de periodistas, de trabajadores, sindicatos, de artistas y escritores… todas afines al Partido Comunista y controladas por autocracia gobernante... 
- que eliminaran las elecciones democráticas y los partidos políticos de la época republicana...  
- que cerraran y confiscaran todos los periódicos, revistas y todos los medios de difusión masiva: la radio, la televisión, agencias de prensa, agencias de publicidad... 
- que crearan nuevos periódicos y otros medios de comunicación masiva afines a la autocracia, financiados y controlados directamente por el Departamento de Prensa del Partido Comunista... 
- que encarcelaran y fusilaran a todos los opositores políticos sin garantías procesales y en juicios sumarios... 
Con este prometedor panorama nunca antes suscitado en la isla(1), cualquier historia política, de las artes, de la literatura... que se escriba con una opinión contraria al criterio delpensamiento "oficial", tendrá consecuencia inesperadas, e incluso, fatales. Cualquier autor que tenga el valor de escribir una opinión contraria, podría ser acusado de formar parte del staff de la CIA. O tal vez, enjuriado de ser un ricacho resentido o de tener un vulgar “espíritu” burgués-capitalista. Hasta, incluso, podría llegar a la máxima acusación de ser un contrarrevolucionario al servicio del imperialismo yanqui … y terminar golpeado por la turbas creadas por el régimen comunista y terminar en la cárcel acusado de "pertubar el orden y por escándalo público".

Muchos intelectuales, escritores, historiadores y artistas plásticos cubanos han sucumbidos a la autocracia, tal vez por miedo a la represión, a la cárcel o a la marginación. Y se han convertido en “agentes al servicio de la ideología socialista” y repiten todo tipo de tergiversaciones de la historia política, social y cultural de la isla que orienta y genera el Comité Central del Partido Comunista.

Se sabe -y está bien documentado-, que varios caricaturistas fueron acusados de ser agentes de la CIA o "traidores a la patria" por expresar opiniones diferentes a la autocracia cubana. Prohías, Silvio, Luis Ruiz, quienes han pagado sus opiniones con cárcel o con el exilio.

Las caricaturas que se publicaron en el semanario humorístico Zig Zag antes de 1959, fueron consideradas por escritores, historiadores y políticos como sátiras humorísticas a los malos gobiernos de turno. Pero eso cambió radicalmente a partir de mayo de 1959, las caricaturas satíricas fueron catalogadas de “insidiosas”(2). El humorismo publicado en Zig Zag ahora era malicioso porque no se plegaba a las ideas del naciente régimen comunista totalitario. 

El 22 de julio de 1959, en un discurso de clausura de un congreso, Fidel Castro desacreditó el artículo “Cambio de Cucharas” del periodista, humorista y fundador de Zig-Zag, Carlos Robreño, a lo que se le sumó la caricatura que se muestra arriba, propiciando y acelerando el cierre y confiscación del semanario.  
El dibujo muestra nuevamente al líder de la Revolución en la Sierra Maestra en la zona oriental de Cuba, solo que esta vez no le sigue el pueblo sino hombres con bombines.
La sátira pretendía catalogar a los aduladores y arribistas como sus seguidores, lo cual no le hizo mucha gracia a Fidel Castro. Al día siguiente los vendedores de periódicos se negaron a vender el semanario.  
A partir de este hecho, quedó claro para los escritores y dibujantes de la prensa humorística, que el nuevo régimen no permitiría la sátira política de tono burlesco contra ninguno de los miembros del llamado gobierno revolucionario.
Cierto es que la dirección del semanario Zig Zag, los caricaturistas, escritores y dueños, adularon confrenesí al máximo líder y a todas las leyes revolucionarias que se implementaban hasta que comenzaron las confrontaciones ideológicas entre el comunismo y la democracia, la libertad de expresión y servilismo que provocaron su confiscación y cierre definitivo. El servilismo de Zig Zag al máximo líder, motivados por el entusiasmo general de "cambio", no les sirvió de nada. Podría afirmarse que aplaudieron todos los fusilamientos, nacionalizaciones, confiscaciones... lavándose las manos como Poncio Pilato para evitar morir como él.

En algunos escritos ha acusado a la dirección de Zig-Zag de haber solicitado una audiencia con Fidel Castro en el Hotel Habana Libre para recabar ayuda oficial, subvenciones, carros, dinero, papel, cargos públicos -conocidos en Cuba como "botellas"- y otras peticiones para desvirtuar las verdaderas razones de su cierre definitivo que fue las sátiras al régimen socialista. (3) 

Zig Zag no “desapareció” como afirman los voceros del régimen. Zig Zag fue confiscadoLos caricaturistas y todo el staff del semanario fueron acosados y atacados ferozmente en reiteradas ocasiones por las autoridades del régimen y principalmente por su máximo líder después de demarcar las posiciones políticas opuestas. Castro no toleró la oposición. Finalmente el semanario fue confiscado, incluído el edificio, la imprenta y todas las propiedades y cerrado el 31 de enero de 1960. 

En artículo publicado en un blog (4), Enrique Núñez Rodríguez, redactor en Zig-Zag por muchos años, expresó: 
"(...) Zig-Zag era la Meca. En ese semanario satírico se reunía lo mejor del humorismo en Cuba…"
La redacción de Zig-Zag reunió, en el mejor momento de su historia, a los más destacados humoristas gráficos del país. Prohías, con su personaje de el Hombre siniestro; Silvio Fontanillas, con el Reyecito Criollo; Antonio Rubio; Niko Luhrsen; Her Car, el joven René de la Nuez, creador de el loquito; el director José Manuel Roseñada, caricaturista editorialista del Diario de la Marina; Pecruz, casi un niño, y ocasionalmente Arroyito, famoso por sus bromas. En los textos contaba con figuras como Carlos Robreño, Luis Conte Agüero, politiquero engolado; Octavio Valdés de la Torre, el veterano; el pinareño Mitjans… el gallego Cástor Vispo y Villar de Francos, autor de El Barón del Calzoncillo, drama semanal en versos, y del programa radial La Tremenda Corte, que regenteaba la parte literaria. 

Zig-Zag se vio honrado con unas declaraciones de Fidel en las que reconocía, públicamente, el apoyo brindado a su lucha, por el semanario humorístico. El Loquito de Nuez, abandonó la clandestinidad en que se había mantenido valiéndose de intencionados símbolos como lo había hecho El Bobo de Abela durante el machadato. En la redacción de Zig-Zag reinó la misma alegría que en los hogares cubanos. Poco a poco los campos se fueron deslindando”.

De acuerdo con lo expresado por Núñez Rodríguez, Zig Zag era la Meca del Humorismo cubano y la publicación contó con los más destacados escritores y humoristas gráficos del país; además, tuvo el mejor momento de la historia del humor en Cuba, hasta llegó a ser "honrado" por el propio máximo líder; entonces, ¿por qué lo clausuraron? ¿Por opinar diferente a la autocracia? ¿Por criticar a los barbudos?

En octubre de 1961, el régimen creó un nuevo semanario humorístico Palante y Palante para sustituir a Zig Zag. Según se publicó en la prensa sería “un semanario dirigido a cultivar las expresiones del humor general, el costumbrismo y la sátira política desde una posición de la defensa de la Revolución y de la nueva sociedad”, con y bajo el lema: “somos socialistas pa’lante y pa’lante”. Su primer director y fundador fue el escritor venezolano de izquierda Gabriel Bracho Montiel. Desde ese momento, quedó claro que el humorismo cubano estaría al servicio de la autocracia y sería el vocero "humorístico" del régimen.
El Artículo 53 de la Constitución cubana reconoce la libertad de expresión... solo si esta va conforme a los fines de la sociedad socialista”.
La redacción de Palante y Palante se instaló en el antiguo edificio de la calle San Ignacio en la Habana Vieja y en las mismas oficinas que habían sido propiedad de los dueños de Zig Zag. Durante muchos años, Palante y Palante también se imprimió en la misma imprenta confiscada a Zig Zag.

A partir de ahí, la historia es conocida: el humor gráfico cubano desde 1959 es una muestra del servilismo a una autocracia.


Luis G. Fresquet


Notas y citas:
(1) Breve historia de la caricatura en Cuba (2). Después de 1959 (Tebeosfera, la Habana 14-VI-2015) Autor: Ares
(3) Verbiclara.wordpress.com: 
Francisco Antonio Ramos García y José Miguel Dorta Suárez: Fidel en las portadas de Zig Zag. Diez caricaturas para la historia.